Al principio todo era muy extraño, las cosas tenían formas, gustos y dimensiones diferentes. El aire era distinto, los árboles, las voces y sus tonos. En medio de todo esto trataba de conocer y familiarizarme; sobre todo con el gris del ambiente, la ausencia del sol, la tonalidad extensiva de todo cuanto veía. Aún intento entender el invierno, verlo como a alguien que ha vivido conmigo desde mi infancia y a quien le conozco todas las manías y exentricidades; pero el invierno o otoño ( estas distinciones aún no puedo percibirlas) se me muestra esquivo, como alguien extranjero con quien tengo que convivir. Yo sé que tarde o temprano terminaremos hablando el mismo idioma y este entendimiento seguro tendrá aun especial descubrimiento, porque tal vez sea este el único invierno que viva.
A veces sueño con el trópico, saboreo el calor de la arena y el manso sonido de las olas. Estos sueños, aclaro, no son nostalgia, sencillamente son una parte de mi identidad, aquella de quien me he separado teniendo que seguir siendo yo misma. Pero al igual que con las playas, o lo que quiera pensarse también he perdido muchas cosas importantes porque se me ha dictaminado a mí y a los demás.Así siempre todos fingimos que seguimos siendo iguales aunque la marca del tiempo demuestre lo contrario.
Así que están bien las playas en los sueños y el sentir el presente de otoño-invierno, ese extraño con quien convivo, y al que me apego, debe de reconfortarme. Y así está bien, no he de quejarme, siempre es bueno la irrupción de lo nuevo, el divertimento de la inexperiencia, la sensación de vitalidad producida por la certeza de que la vida no se ha acabado,´que aquello y esto no lo son todo.
A veces sueño con el trópico, saboreo el calor de la arena y el manso sonido de las olas. Estos sueños, aclaro, no son nostalgia, sencillamente son una parte de mi identidad, aquella de quien me he separado teniendo que seguir siendo yo misma. Pero al igual que con las playas, o lo que quiera pensarse también he perdido muchas cosas importantes porque se me ha dictaminado a mí y a los demás.Así siempre todos fingimos que seguimos siendo iguales aunque la marca del tiempo demuestre lo contrario.
Así que están bien las playas en los sueños y el sentir el presente de otoño-invierno, ese extraño con quien convivo, y al que me apego, debe de reconfortarme. Y así está bien, no he de quejarme, siempre es bueno la irrupción de lo nuevo, el divertimento de la inexperiencia, la sensación de vitalidad producida por la certeza de que la vida no se ha acabado,´que aquello y esto no lo son todo.
Comentarios
Cuantas veces no he soñado con el aroma del mar. Con el sabor del agua del coco recien cortado, con la alegria de mi gente, con mi isla con Venezuela..
Me has hecho recordar estos sentimientos.. estos momentos..
Bendita y hermosa melancolia.
un abrazo,
Abrazos.
Eso es libertad.
:)
Te mando un abrazo.
También se añora lo que nunca ha sucedido, pero...¿Es parte de nuestra identidad aquello que no hemos vivido?
Un beso y un abrazo a todos, gracias nuevamente por pasar.
te envio un gran abrazo desde el sur del mundo.
besos
elisa
pd: pasare tu direccion a otros blogers por si quieres qe te firmen y tu haz lo mismo
Te leo, Ma Inés y me da el frío que sentiré mañana.
Un abrazote!
OA
Pero el invierno pasa pronto y tengo la sensación de que a una persona como tu acostumbrada a un clima, a una atmósfera, el frío Madrid te afectará y tendrás añoranza si no encuentras tiempo para recrear tus vivencias.
Yo siempre he procurado escribir, casi como una terapia y creo que lo estoy alcanzando porque ahora tengo más tiempo para ello.
Ah, tu no me abrumas, me produces admiración.
Un abrazo
un abrazo
de una Gata Melancólica
espero tu visita y tu opinión, besos
elisa
(Pero prefiero no renunciar a mi ambiguo Otoño-Invierno fucionado)
Preciosisimas las fotografias del blog y lo que escribes!!
espero que sea el año que deseas
besos
elisa
pd: no t he visto mas por mi blog o actualizando el tuyo, estas disfrutando de unas vacaciones??
espero que si
Gracias por tus críticas en mi blog, tomaré en cuenta tus recomendaciones.
Un placer leerte. Yo estoy bien, gracias por preguntar.
Un abrazo.
María Elisa.
Y el caso es que a mi siempre me gustaron los inviernos gélidos.
Ahora ya no dudo que, algunas veces, lo mejor estaba por venir.
Un abrazo y mucho ánimo.
vuelvo ahora con calma
tienes una manera de ir haciendo la vida que me encanta
no sé si será melancolía, nostalgia, morriña o saudade
acaso sientas de otra manera porque sabes que probablemente volverás
un beso