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Mostrando las entradas de septiembre, 2008

Porque me voy

Estimados merodeadores Blogueros: Por motivos de mi viaje y futura estancia estudiantil en la capital española, dejaré de escribir por un período de tiempo incierto. En realidad tal vez (aclaro) todo esto sea pura bulla y yo no pueda separarme de mi blog y sobre todo de todos ustedes que me visitan. He escrito un texto un poco largo, está abajo en forma de entradas sucesivas, pueden comentar cuando gusten ( me gustaría que lo hicieran) y yo, que seguro no dejaré de escribir porque no puedo estaré pendiente. Esta despedida es de mentiritas y forsoza porque tengo que viajar, buscar una casa y hacer un montón de cosas. Mudarse a otro país es un chollo, una cosa del corazón y de papeles y trámites, algo muy estratégico y un poco acojonante, como dicen los españoles. Allí están entonces mis sucesivas entradas, y se les quiere mucho.

Esto es algo escrito

En este momento pienso que esta página en blanco es el recipiente de mi novela, mi primera novela, la que no he escrito, la que no tengo ni idea de cómo puede empezar, la que añoro y a la que no soy capaz de encontrar por miedo, por resignación, por temor. Hay muchos indicios que deberían decirme que estoy lista, que este es el momento, sin embargo yo sigo sin atreverme, sin lanzarme, sin considerar que hay que empezar a pensar que es posible. Así comencé yo mi blog, porque necesitaba que alguien me leyera, porque tal vez mi alma estaba hambrienta de mostrar lo interno a lo externo, yo tenía sed de diálogo, tenía sed de canto, tenía sed de comunicación. Había una especie de tapón que reverberaba tórridamente, porque tenía muchas presiones dentro de mí, en ese entonces se encontraban en mi adentro muchas necesidades que no se remitían a las cosas materiales. En verdad nunca he pensado en las cosas materiales como algo importante, siempre he considerado que son proyecciones absurdas de

Esto es Ficción

Me desvío, quería hablar de la amistad, o tal vez presentarme, o decir quién soy, o hablar de lo que quiero escribir, o querer que esto sea un cuento, o simplemente mentirles a ustedes. Me presento, algunas cosas ya he dicho de mí, ya saben que tengo un blog, que quiero escribir una novela pero no puedo y que pienso que todo es desecho. Tras este recuento de mi persona, les digo que soy una pobre imbécil. Una mujer, si es que antes no sabían mi sexo. Una pobre imbécil que no entiende la mecánica de nada, porque ha vivido en el mundo de Alicia en el país de las maravillas. Tal vez entiende demasiado, por eso quiere entender cómo dejar de entender unas cosas y empezar a entender otras un poco menos absurdas, más reales, tocables, terrenales. Y bueno, quería hablar desde un principio de la novela que quería escribir y que trata de la amistad, realmente es una historia un poco triste, quizá melancólica, apacible, donde no pasa mucho excepto la pobre frustración de un personaje gris, anodin

Esto es Ficción sobre...

Yo pienso en Marcos. Pienso en Marcos, repito. Y pienso en su soledad, entonces me imagino a mí misma frente a la computadora escribiendo algo sobre Marcos y no puedo seguir escribiendo nada, porque en mi imagen de él, él me parece soso, incongruente, indigno de ser retratado a través de mis letras. Yo, pienso más aún en mí, me detesto porque Marcos me detesta porque no puedo escribirlo. No puedo hacerlo hablar. Entonces me siento como una cruel asesina, sólo en ese preciso instante soy la pobre imbécil que antes dije que era, pero en realidad no lo creía cuando lo dije, porque en serio yo solo quería impresionarlos a ustedes que me leen e imaginan que siento un fracaso muy grande porque no puedo escribir nada de Marcos, viejo viril psicológicamente pero absurdamente chueco físicamente; Marcos, viejo solo, no puedo escribirte. Al menos supongo entenderán cómo me siento, sabiendo que soy una pobre imbécil con anhelos. No hay nada más triste que ser una imbécil con anhelos. Porque ser p

Esto es Ficción sobre Ficción (...)

Esta página en blanco solo ha quedado como un recipiente inerte. Marcos debe reescribirse en mí, apoderarse del universo ingrávido de la nada, tratando de volver, debe exigir nacer, es un ser extraordinario porque existe sin haber nacido. Es como el hijo que pensamos tendremos algún día pero que no existe mientras no lo tenemos, se encuentra en la imaginación, es una posibilidad, no existe, repito, no existe, no existe, no existe. A quien quiera leer, Marcos nacerá si finalmente el espermatozoide fecunda al óvulo inexistente, Marcos tal vez nunca ha existido, o sí, ya existe, pero está enfermo, no puede asistir por eso a esta disertación de su nacimiento, no pudo venir, por eso es pensamiento. Un pensamiento que trata de materializarse en esta página que estaba en blanco y que pretendía ser una novela, esta página de computadora Word. La imposibilidad de un nacimiento deviene de la imposibilidad de crear algo. Tal vez quien esto escribe se encuentre atrapada entre paredes estériles, ta

Gunter Eich

De Gunter Eich puedo decirles que es alemán, nació en 1907, por lo que pueden deducir que vivió todos los horrores de su tiempo. De Gunter Eich quiero mostrarles esto, ustedes juzguen si era o no un verdadero poeta: I Recuerda que el hombre es el enemigo del hombre Y que suya es la destrucción. Recuérdalo siempre, recuérdalo ahora, En este momento de abril, bajo este pesado cielo, mientras te parece oír el crecimiento como un mensaje /crujido Y las campesinas arrancan los abrojos bajo el canto de las alondras; recuérdalo siempre también en este momento. Cuando saboreas el vino en las bodegas de Rander [sacker O cortas naranjas en los huertos de Alicante, Cuando coges el sueño en el Hotel Miramar juanto a [la playa de Taormina, O alumbras una vela el día de Todos los Santos en

PASTORAL AMERICANA. PHILIP ROTH (Impresiones)

Para: Douglas y la Sirena Varada, con afecto Como ya dije hace poco se me ocurrió leer a Philip Roth. No conocía al autor, tenía el libro simplemente allí, agarrando lluvia y polvo. Un día leí una crónica sobre uno de sus libros “Everyman”, entonces quedé profundamente conmovida con el argumento y con la hondura y la exhaustividad con que el autor plasma la vida humana, en su cruel sentido. Leí “Pastoral Americana” porque era el único libro que tenía, confieso que busqué “Cada hombre” por todas las librerías de Caracas sin éxito. Pensé al terminarlo que debía escribir algo sobre él, pero no podía hacerlo inmediatamente, las razones son muchas, una de ellas; que el libro te deja tocado del coco, es decir, una vez cierras el cartón de la contraportada te respondes a ti misma muchas cosas que antes no comprendías de la vida, de las personas y del mecanismo social que cargaremos hasta morir. No podía escribir sobre “Pastoral Americana” en ese instante porque sabía que no diría completamen

Normal

Me he estado preguntando últimamente qué es realmente ser normal. La campana de Gauss no pudo explicarme. Si yo soy normal (esto es un ejemplo) no puedo ser pureza normal porque ser pureza normal es estar metida en la barriga de la campana en todas las variables posibles que pueden definirme, entonces dudo que yo sea normal (esto es parte del mismo ejemplo). La normalidad, según mi humilde criterio, va de la mano del aburrimiento y el aburrimiento es lo más gris, uniforme y castigador que hay. Prefiero entonces no ser normal absolutamente; sin embargo, si tuviera que esperar a alguien que me haga compañía preferiría que lo fuera. La normalidad es predictiva, y en el fondo, aunque nos cueste aceptarlo, a nosotros, sí, también a mí (y aquí soy normal) no nos gusta sobresaltarnos con cosas anormales. Las cosas anormales causan incertidumbre y la incertidumbre continuada es una desdicha (al menos para la gente normal en este tema). Lo anormal tiene algo de divertido, desastroso y siniest