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Mostrando las entradas de noviembre, 2011
Tal vez estas dos fotos no tengan mucho en común, el caso es que finalmente me decido a presentar a mi pequeñín.  No me gusta mucho colocar fotos de mi pequeñín en la red, pero es que...no me he podidio resistir a compartir la hermosa candidez de su mirada y sus gordos manzanosos y jugosos mofletes. Los cachetes más ricos de la historia de todos los tiempos (para su madre, claro).  Mi pequeñín, que será probablemente un privilegiado y un esforzado desde su tierna infancia, pues vivirá en un país donde se habla una lengua diferente a su lengua materna. Creo que es un sacrificio el hecho de tener que ser una inmigrante redoblada, pero el esfuerzo espero valga la pena.  Otra vez una mudanza. En esta parte de mi vida ya me he mudado mil quinientas veces, esto me da qué pensar, o soy una cojonuda que sabe ser una errante y adaptarse a todo, o soy una inadaptada que no sabe adaptarse a nada, para mí siempre el mundo está en otra parte. Mudarse a otro país de Europa, cuando tien
Cuando era niña Cuando era niña, siempre quise vivir en Londres. Yo, que vivía en una ciudad de cerros amarillentos, pastosos; que miraba el mar en mi recorrido diario para ir a la universidad, que detestaba caminar a las dos de la tarde con un sol furioso encima mío. Y en esos tiempos siempre quise vivir en Londres porque imaginaba delicioso el clima nublado de nubarrones perennes y  lluvia refrescante. Claro, siempre la lluvia es refrescante en el trópico pero nunca en sitios nublados por naturaleza, como Alemania, que no es Londres pero algo parecido. la semana pasada conocí por primera vez Karls-ruhe. No me gustó. Me pareció poco estimulante y bastante aburrida, adoré más Madrid mientras estuve allí, sin enterarme de nada de lo que decía la gente. Ya en Madrid, enterándome de todo, me dije que no debo ser tan pesimista.  Me guta Madrid, siempre lo he dicho, pero sin trabajo y sin perspectivas de conseguirlo creo que no vale tampoco mucho la pena. No me gusta mucho estud
La ciudad donde voy a vivir es nublada, y yo, acostumbrada siempre al sol...No sé si pueda soportar la neblina, la melancolía, pero es una aventura y las aventuras vienen bien siempre, qué aburrimiento no tenerlas. Esa foto fue tomada  las 4 pm. La alegría del sol nunca fue cuestionada por mi, supongo no se valoran las cosas hasta que sabes serán parte del pasado.