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Mostrando las entradas de julio, 2008

Por la carretera

Una vez pasaba por la carretera Cumaná- Maturín y vi un velorio de caserío. Dos hombres salían de una pequeña casa de vivienda, uno se acomodaba el puño de la camisa, el otro esperaba impaciente con el cabello mojado, señal de que se había recién bañado. Más adelante, específicamente a dos casas de distancia, se aposentaba el coche fúnebre; un poco destartalado, con letras rojas en forma de arcoíris decorando las ventanas laterales. Mujeres con camisas cortas, negras y cabellos pintados hacía mucho tiempo esperaban saliera el entierro. Un grupo sostenía una corona de flores. Ningún familiar lloroso y apesadumbrado se asomaba por la parte foránea de la casa. Supongo que se encontraban adentro, llorando al muerto, dándole el último adiós antes de que se lo llevaran. Había un autobús más adelante que seguramente recogería a los presentes y los trasladaría al cementerio de Cumanacoa, el pueblo más cercano. En la noche, en medio de un vibrante sonar de grillos, los vecinos contarían alguna

Las cosas que se me ocurren mientras corrijo

Y si tengo los ojos cansados, con los montones de telarañas que abruman mi visión. Me despierto de un sueño extraño, sueño que sueño, pienso en cosas rojas que pasan por un tamiz que en realidad es un caleidoscopio; las cosas se confunden, todo deja de ocupar su lugar para aposentarse en otro. No es que el pasado tenga un espacio, sin embargo, yo sueño que sueño que lo tiene, y entonces los montones de telarañas empiezan a borbotar como fuentes furiosas hacia el espacio. Yo estoy cansada y sueño que sueño. Quiero que no haya más injusticias, me monto la película en un foto proyector por el que han pasado millones de células de luz que también fueron tamizadas, y entonces pienso que el pasado tiene un espacio real y el futuro también. Siento que el pasado ocupa el espacio de la injusticia y el futuro el del amor. Sueño que sueño muchas cosas pero me salen telarañas en la boca y se me hace difícil hablar, finalmente trato de crearme nuevamente pero limpia de telarañas y no puedo, creo q

T.V.

He visto televisión: lo confieso. Últimamente, en estos días depresivos, de auténtico malestar emocional, me han hecho advertir que pasar los canales como una autómata distraída te hace sentir peor. La verdad, no sé si esto me había ocurrido antes, tal vez sí y yo no lo recuerdo: El poseer con todos mis documentos de propiedad la sensación de absoluto vacío mientras paso y paso canales sin que pueda decir que algo es divertido, sin que pueda satisfacerme o interesarme con nada. Tal vez mi percepción esté contaminada, sin embargo, he tratado de ser objetiva, hoy precisamente que me siento un poco mejor. Sacar la cabeza a la luz y seguir pasando los canales a modo de prueba me ha hecho darme cuenta de que la era televisiva de los reality shows es absolutamente detestable ¿Es que no pueden buscar testimonios de gente menos estúpida? Sinceramente no sé hasta cuándo tendré que soportar obscenas cantidades de vidas idiotas mostradas en todo su esplendor en la pantalla. Es pestilente y da un