Ir al contenido principal

Asesinan al Fast Food


Miro un programa de televisión, es de mañana, la presentadora dice: “por primera vez se obtiene una disminución en la incidencia de cáncer en EEUU”. Pienso entonces inmediatamente que esta es la mejor noticia de todas; sueño o divago, en pocos minutos, con las millones de lágrimas ahorradas, de angustias, de entierros y sufrimientos. La presentadora agrega: “Se cree que esta baja es debida a los mejores tratamientos, los avances en la ciencia, el desarrollo de la industria farmacológica y los cambios de los hábitos de vida de las personas, ahora, se han vuelto más saludables”. Por primera vez en mucho tiempo me siento feliz, imagino a muchas personas tirando el cigarrillo en la bacinilla, corriendo en parques y comiendo brócoli y tomate crudo. “Su tumor es benigno, señora” ---dice el médico--- Esta es la más dulce y epifánica sentencia que alguien le puede dar a otra persona---me digo yo---.

Todo es transitorio, sin embargo. Como decía Héctor Lavoe todo tiene su final y lo tiene. Pero qué importa, es la esperanza, es el alivio y experimentarlo bien vale la pena.

Comentarios

g. dijo…
Buen texto, che.
Saludos.
Yo trabajé en Burger King de Kennebunk, Maine, USA.

veía cómo los gringos tragaban sus cartones mientras yo imaginaba que me empujaba un lomazo saltado
Unknown dijo…
esta padre tu blog, te invito al mio:

ies-nightmare-abraxas.blogspot.com

tengo unos intereses parecidillos a los tuyos........
Es, sin duda, una buena noticia. Quedure lo que tenga que durar. Mientras, festejemos.
y que no llegué ninguna enfermedad nueva de suplente.

Entradas más populares de este blog

Normal

Me he estado preguntando últimamente qué es realmente ser normal. La campana de Gauss no pudo explicarme. Si yo soy normal (esto es un ejemplo) no puedo ser pureza normal porque ser pureza normal es estar metida en la barriga de la campana en todas las variables posibles que pueden definirme, entonces dudo que yo sea normal (esto es parte del mismo ejemplo). La normalidad, según mi humilde criterio, va de la mano del aburrimiento y el aburrimiento es lo más gris, uniforme y castigador que hay. Prefiero entonces no ser normal absolutamente; sin embargo, si tuviera que esperar a alguien que me haga compañía preferiría que lo fuera. La normalidad es predictiva, y en el fondo, aunque nos cueste aceptarlo, a nosotros, sí, también a mí (y aquí soy normal) no nos gusta sobresaltarnos con cosas anormales. Las cosas anormales causan incertidumbre y la incertidumbre continuada es una desdicha (al menos para la gente normal en este tema). Lo anormal tiene algo de divertido, desastroso y siniest

Mi crítica : "El guardián invisible" de Dolores Redondo

  No sé por dónde empezar; este libro ha sido la absoluta decepción del año junto con "Persona Normal" de Benito Taibo. Mi malestar empezó con los diálogos... Llegado un momento de la trama uno de los inspectores que hacen el séquito a la inspectora Salazar se lanza con una exposición de cita de libro sobre las leyendas vascas y sus criaturas ancestrales. La exposición, ausente de cohesión con el ritmo anterior de los diálogos, se me antojó un corte y pega de Wikipedia difícilmente catalogable ; penoso para ser este un libro leído y celebrado por tanta gente. Lo voy a decir y lo siento por los fans acérrimos de Dolores Redondo: Los diálogos son acartonados, impostados, manidos, faltos de fuerza y vivacidad, en algunos momentos me parecen absolutamente naivs propios de una parodia de lo que debe ser un libro policíaco, con búsqueda de asesino incluido. Pongo un ejemplo, por favor, para continuar con mi indignación; llegado el momento la inspectora sale a buscar a unos doctores

"El misterio de Salem's Lot"

  Amo los libros de terror, no los leo en la noche con la puerta entreabierta, con todo en silencio, me imagino que viene un ser horrible con ojos de muerto y se para en silencio en la puerta y yo me paralizo y no puedo ni gritar ni hablar del miedo, pero es lo que busco, qué le vamos a hacer. Este libro tiene como protagonista a Ben Mears, un escritor en sus 30 que por circunstancias de la vida había pasado una temporada en Jerusalem´s Lot cuando era niño. El caso es que Ben vuelve al pueblo tras una tragedia personal para escribir y recordar las experiencias de ese intenso verano en el que vivió un encuentro sobrenatural en la casa de los Marsten. Aquella casa abandonada había pertenecido a la familia Marsten, una pareja fallecida en espeluznantes circunstancias. Después de aquello, la casa fue ganando la fama de maldita y los niños hacían apuestas de valor a ver quién se atrevía a entrar y superar las posibles apariciones fantasmales que se encontraban dentro.  Ben de niño  lo hizo