Torrealba es un ser tímido, álgido, disconforme. Generalmente camina con la cabeza gacha, los ojos fijos en el suelo. Sus manos siempre están vacías, no le gusta nunca cargar nada. Dicen que es taciturna, dicen mucho. Torrealba tiene el labio superior partido, es hermosa a pesar del evidente desgaste de su dignidad y su cordura; flaca en extremo, autista, divorciada del exterior.
Empezó consumiento pastillas, tal vez por curiosidad--es lo que se dice--tal vez por débil. Luego entraron en su repertorio los tabacos de hierbas incansables y las inmaculadas rayas de cocaína. Siempre con amigos ricos y bellos, ni un pelo fuera de su sitio, ni una prenda de vestir barata. Al poco tiempo se hizo fastidiosa, ya no la querían en ningún círculo--se había gastado todo el dinero--; empezó a venderse: uno primero, luego varios, después cronometraba para ganar más. Este trabajo, al contrario de lo que podía pensarse, le dio un poco de orden.
Y llegó su vida plagada de noche,llegaron los sueños raros, las noches de vistas hacia el cielo, jadeantes; dejó de menstruar. Las estrellas la habían abandonado,no podía trabajar, tenía barriga. Con el poco dinero que podía conseguir tomaba piedra, la concaína: ya no estaba a su alcance, su aspecto: un despojo macilento, melancólico, llorón, sucio.
Se había terminado toda posibilidad de obtener dinero. No había alhajas, no podía recurrir nunca más a su madre. Se le abrieron las piernas, muy abiertas, y salió del hueco sangriento una niña. La llamó Indira. No sabía porqué.
Salió del hospital pensando en droga con aquella niña a cuestas, esto le impedía tener movilidad y le encendía por dentro de cólera. No había rumbo posible, el bulto con cara le pesaba y le costaba dinero, encima tenía que atenderlo.Se le ocurrió una idea: venderla. Una mujer fea que la conocía le dijo que podían pagarle mucho, ella aceptó. Ahora estaba sin nada que cargar, con dinero, pensando en droga.
La noche venía, iba, le traía tabacacos de marihuana, pastillas, rallas; le traía coitos con orgasmos fingidos construidos con suspiros obligatorios mientras sentía el músculo gordo que se movía dentro de ella. Un hombre, muchos, no los distinguía, pensaba sólo en droga.
Había alquilado una habitación en una pensión peligrosa, una guarida oscura de gente ruin, salvaje. Era lo único que podía pagar. Allí dormía,tomaba café ,pan con mermelada de guayaba. A veces se iba a la esquina y compraba un estropajo de sopa por 5 bolívares; cuando el hambre apretaba, aprovechaba para reparar las fuerzas. Torrealba se había vuelto un organismo, un recipiente de droga y miembros masculinos. Su cabeza sólo sentía el deseo imperioso de consumir, de callar la gran ansiedad.
Su salud estaba debilitándose, así que Torrealba buscó sin aliento una salida porque sintió que no lo resistiría. Recordó entonces que había sido en algún momento una persona; que había parido a alguien que no estaba ya con ella. Se preguntó dónde estaba aquella niña cuya cara no recordaba. Se sintió ifame, derrumbada, amarrada a una tragedia que le abria los ojos de golpe, que le daba enérgicas y terribles bofetadas. No había salida.
Volvió a la guarida, como siempre, con los ojos fijos en el suelo pero ya con la conciencia de quién era; fue terrible. No había marcha atrás, tocaba volver a pensar en droga, a recibir músculos erectos en su culo, en su vagina. Había de festejar siempre con la mayor cantidad de destrucción,con la mayor cantidad de olvido.
Ahora Torrealba puede que esté en una cama de hospital ¿O en el infierno? ¿O en la cárcel? ¿O con un cliente? ¿Inyectándose heroína?
No se sabe.Tiene tiempo sin salir a trabajar, se presume que ha muerto de sobredosis, se presume, no ha portado por el cuartucho. A nadie le importa ¿A usted le importa? Vamos, si sólo es un personaje, usted terminará de leer y pensará: "No tienes nada que hacer, al menos me hubieras dicho qué pasó" ¿Acaso es muy difícil saberlo? ¿Y qué importa? Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con la pobre infeliz ¿Era acaso un ser importante?
Empezó consumiento pastillas, tal vez por curiosidad--es lo que se dice--tal vez por débil. Luego entraron en su repertorio los tabacos de hierbas incansables y las inmaculadas rayas de cocaína. Siempre con amigos ricos y bellos, ni un pelo fuera de su sitio, ni una prenda de vestir barata. Al poco tiempo se hizo fastidiosa, ya no la querían en ningún círculo--se había gastado todo el dinero--; empezó a venderse: uno primero, luego varios, después cronometraba para ganar más. Este trabajo, al contrario de lo que podía pensarse, le dio un poco de orden.
Y llegó su vida plagada de noche,llegaron los sueños raros, las noches de vistas hacia el cielo, jadeantes; dejó de menstruar. Las estrellas la habían abandonado,no podía trabajar, tenía barriga. Con el poco dinero que podía conseguir tomaba piedra, la concaína: ya no estaba a su alcance, su aspecto: un despojo macilento, melancólico, llorón, sucio.
Se había terminado toda posibilidad de obtener dinero. No había alhajas, no podía recurrir nunca más a su madre. Se le abrieron las piernas, muy abiertas, y salió del hueco sangriento una niña. La llamó Indira. No sabía porqué.
Salió del hospital pensando en droga con aquella niña a cuestas, esto le impedía tener movilidad y le encendía por dentro de cólera. No había rumbo posible, el bulto con cara le pesaba y le costaba dinero, encima tenía que atenderlo.Se le ocurrió una idea: venderla. Una mujer fea que la conocía le dijo que podían pagarle mucho, ella aceptó. Ahora estaba sin nada que cargar, con dinero, pensando en droga.
La noche venía, iba, le traía tabacacos de marihuana, pastillas, rallas; le traía coitos con orgasmos fingidos construidos con suspiros obligatorios mientras sentía el músculo gordo que se movía dentro de ella. Un hombre, muchos, no los distinguía, pensaba sólo en droga.
Había alquilado una habitación en una pensión peligrosa, una guarida oscura de gente ruin, salvaje. Era lo único que podía pagar. Allí dormía,tomaba café ,pan con mermelada de guayaba. A veces se iba a la esquina y compraba un estropajo de sopa por 5 bolívares; cuando el hambre apretaba, aprovechaba para reparar las fuerzas. Torrealba se había vuelto un organismo, un recipiente de droga y miembros masculinos. Su cabeza sólo sentía el deseo imperioso de consumir, de callar la gran ansiedad.
Su salud estaba debilitándose, así que Torrealba buscó sin aliento una salida porque sintió que no lo resistiría. Recordó entonces que había sido en algún momento una persona; que había parido a alguien que no estaba ya con ella. Se preguntó dónde estaba aquella niña cuya cara no recordaba. Se sintió ifame, derrumbada, amarrada a una tragedia que le abria los ojos de golpe, que le daba enérgicas y terribles bofetadas. No había salida.
Volvió a la guarida, como siempre, con los ojos fijos en el suelo pero ya con la conciencia de quién era; fue terrible. No había marcha atrás, tocaba volver a pensar en droga, a recibir músculos erectos en su culo, en su vagina. Había de festejar siempre con la mayor cantidad de destrucción,con la mayor cantidad de olvido.
Ahora Torrealba puede que esté en una cama de hospital ¿O en el infierno? ¿O en la cárcel? ¿O con un cliente? ¿Inyectándose heroína?
No se sabe.Tiene tiempo sin salir a trabajar, se presume que ha muerto de sobredosis, se presume, no ha portado por el cuartucho. A nadie le importa ¿A usted le importa? Vamos, si sólo es un personaje, usted terminará de leer y pensará: "No tienes nada que hacer, al menos me hubieras dicho qué pasó" ¿Acaso es muy difícil saberlo? ¿Y qué importa? Nadie sabe a ciencia cierta qué pasó con la pobre infeliz ¿Era acaso un ser importante?
Comentarios
Menos mal que lo suavizan esas estupendas fotos de Atget. Te beso, Tarantulita.
No te enojes por ser coherente, me copa tu look mal... sos hermosa y me gustaria comerte la v... ya sabes, no te quiero faltar el respeto!
Te quiero!! seamos amigos!!
Un saludo!!
excelente.
saludos, tarántula!
saludos Tarántula, hermoso tu blog,
E.
Mamerto: Compra un bosque y piérdete ¿Sí?
Cat prince: Hola, feliz año nuevo, que bueno que pasas por aquí, te debo una visita también, gracias, la verdad hice ese relato de un tirón, lo escribí en mi diario y luego lo pasé. Me agrada te haya gustado, tiene su vuelta de tuerca.
Vladimir: Saludos, ilustre visitante, me encanta que me visites siempre, me alegra que te haya gustado mi relato. Ojalá tengas algo nuevo, ya te visito a tí también.
Gracias por visitarme. Estaré también haciéndolo mientras pueda.
el relato y tú
no es que no importe, pero ¿qué se puede hacer con tanta gente, desgraciada o dichosa?
la tierra de mi padre, la toscana entre brumas, me ayudó a escapar de esa triste historia.
"músculo erecto": lo he dicho de muchas maneras; nunca se me ocurrió esta tuya.
un abrazo
Uffa, Ma Inés!! Me revolcaste y yo sin fuerzas.
Abrazos,
OA
Saludos
Ahora, claro que da tristeza, pero ¿podemos hacernos responsables de lo que cada persona hace con su vida?
Muy duro tu relato.
Abrazos.
♥
Me recuerda un toque a Medea. Dicen que detrás de toda mujer puede haber una...
Un abrazo cordial!
P.D: el miembro no es un músculo.
,buenas imágenes
luces en la sombra
,buenas imágenes
luces en la sombra
de mi mayor consideración:
Excelente. Ese personaje está vivo en tu relato, has logrado eso tan difícil. Desgarrar mostrando una imagen con palabras.
Me voy habiendo conocido a Torrealba. Algo de ella quedará en mí.
(Si no te importa, te agrego a mis links)
besos respetuosos
musa