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ESA MANÍA DE PENSAR QUE TODO ES PARA SIEMPRE

Es curioso, pero cuesta. Realmente cuesta. Aceptar, internalizar instropectivamente acerca de las cosas que estarán con nosotros y las cosas que no. Realmente nada estará con nosotros, porque nosotros mismos no estaremos con esas cosas que pensamos que estarán con nosotros. La condición para estar con algo o alguien debe ser que ambas partes, eso o ella/el, eso-eso, ellos- el, etc, estén juntos, en el mismo espacio geográfico al mismo tiempo. Entonces, tenemos una verdadera historia de reciprocidad. Para que dos cosas estén juntas tienen que estar las dos, o las tres, las cuatro, o las miles. En fin...

¿Qué manía tenemos de pensar que todo debe ser para siempre? Si nada lo es ¿Por qué nos empeñamos en revivir recuerdos de lo pasado, en creer locamente que los seres queridos nunca morirán o que nunca moriremos nosotros? ¿Por qué pensar que todo estará siempre en el mismo lugar, a la misma hora, así todo aquello esté en completo desorden, así lo que haya no nos guste o no nos agrade?

Pero, siempre, sabemos decirles a todos que no nos importa, y sin embargo, pues si, nos importa. A nadie le gusta cambiar. Y a veces, las cosas son inconvenientes, pero no podemos, hay algo más fuerte que nosotros que nos impide hacerlo.

Y nos aferramos y aunque no haya compatibilidad geográfica y temporal, recordamos y traemos a colación algo que no queríamos que cambiara, porque queríamos, vuelto y repito, que todo fuera para siempre.

Es difícil dar el paso, no digo que no lo hagamos, simplemente, señores, que cuesta, cuesta.

Comentarios

Hola! este... no, no creo que se acaben esas repetidísimas listas de defectos, venezolanismos, chistes de la idiosincracia y demás análisis de Laureano Márquez, por lo mismo que planteé, es algo histórico, genético y ancestral. Cambiar? basé mi lista en cosas que me pasaron este año... saca la cuenta, como dirían los viejos. En todo caso, podríamos actualizarla al mesianismo, las hummers, la oposición sifrina, la música y moda actual y hasta los conflictos sociales y de educación. No, el alemán siempre fue como es aunque su voluntad cambie, como la del japonés o el árabe, así somos en Venezuela. Hay que aprender a vivir con los defectos, asi como las virtudes.
profesamurai dijo…
Es cierto, ni siquiera nosotros en este planeta somos eternos, y en ocasiones pienso que eso tiene que ser asi porque ocupamos un tiempo y un espacio que debemos dejar en manos de quienes vienen detras de nosotros. Las cosas deben adaptarse a los cambios, pero tenemos miedo de los cambios porque los encariñamos de lo que poseemos y tememos perderlos aun sabiendo que todo puede ser para mejor.
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