Me bajé gratis del Kindle "Los hermanos Kamarazov". Me lo comencé a leer por mi adolescencia, lo dejé, lo terminé mucho tiempo después mientras leía un montón de libros más al mismo tiempo y ahora, para comenzar una relectura que me apetecía, me dispuse a comenzar otra vez este libro.
En el kindle no puedes medir un libro por la página en la que vas, sino el porcentaje de libro que llevas leído. A mi me gusta más la cuestión de las páginas, pero como es un tocho el libro, no lo quiero comprar en papel, por si me vuelvo a mudar...
El hecho es que desde que comencé no he podido abandonarlo. Cualquiera podría pensar que las lecturas del siglo XIX son aburridas, pero al contrario, yo que me he hecho asidua lectora de novelas de esta época quedo prendada ante las plumas, por supuesto, más talentosas y emblemáticas. Es evidente que "Los hermanos Karamazov" hasta el 23%, que llevo leído, y de lo que mis recuerdos sirven de aquella época adolescente de mi primera lectura, es la caracterización perfecta y dramática del alma humana que no ha cambiado de 150 años ( a grosomodo) para acá. Los diálogos, el cinismo, el debate moral, la bondad, la ira, el odio y erosión de los modales que se despliegan según el estrato social de los personajes es tan perfecto, tan concentrado en las palabras, tan dibujado en sus contornos conteniendolo todo, que es imposible no volver a pensar y requeteasombrarse de lo genial que fue Fedor Dostoievski.
Mi post de hoy no quiere ir de Alemania porque estoy en una de esas etapas en las que no me sigo enterando de nada y ya, sinceramente, paso del alemán. No sé cómo es el doloroso proceso de aquellos que aprenden una lengua en el país sin poder visitar la suya. Yo visito la mía a través de las páginas traducidas del ruso de "Los hermanos Karamasov", me maravillo, me recreo y me encantaría poder entender en alemán como entiendo en español, poder leer a Goethe en su lengua original, pero lamentablemente por ahora mi frustración hace que estos propósitos se rindan y descansen temporalmente en el armario de las toallas tiradas.
Besos mil.
En el kindle no puedes medir un libro por la página en la que vas, sino el porcentaje de libro que llevas leído. A mi me gusta más la cuestión de las páginas, pero como es un tocho el libro, no lo quiero comprar en papel, por si me vuelvo a mudar...
El hecho es que desde que comencé no he podido abandonarlo. Cualquiera podría pensar que las lecturas del siglo XIX son aburridas, pero al contrario, yo que me he hecho asidua lectora de novelas de esta época quedo prendada ante las plumas, por supuesto, más talentosas y emblemáticas. Es evidente que "Los hermanos Karamazov" hasta el 23%, que llevo leído, y de lo que mis recuerdos sirven de aquella época adolescente de mi primera lectura, es la caracterización perfecta y dramática del alma humana que no ha cambiado de 150 años ( a grosomodo) para acá. Los diálogos, el cinismo, el debate moral, la bondad, la ira, el odio y erosión de los modales que se despliegan según el estrato social de los personajes es tan perfecto, tan concentrado en las palabras, tan dibujado en sus contornos conteniendolo todo, que es imposible no volver a pensar y requeteasombrarse de lo genial que fue Fedor Dostoievski.
Mi post de hoy no quiere ir de Alemania porque estoy en una de esas etapas en las que no me sigo enterando de nada y ya, sinceramente, paso del alemán. No sé cómo es el doloroso proceso de aquellos que aprenden una lengua en el país sin poder visitar la suya. Yo visito la mía a través de las páginas traducidas del ruso de "Los hermanos Karamasov", me maravillo, me recreo y me encantaría poder entender en alemán como entiendo en español, poder leer a Goethe en su lengua original, pero lamentablemente por ahora mi frustración hace que estos propósitos se rindan y descansen temporalmente en el armario de las toallas tiradas.
Besos mil.
Comentarios
No te agobies con el idioma alemán.
Ya verás como lo aprenderás.
Besos.
Como que haré la vuelta a releer novelas que me quedé atrapado en la historia y la ciencia.
Yo creo que jamás tendré el nivel en otra lengua como el que tengo en español. En inglés me defiendo decentemente y en alemán sobrevivo ahí songo sorongo. Pero no importa, la lengua que es de uno, uno se la trastea en su cabeza, en sus lecturas y cuando canta. Menos mal.
Abrazos.
F.
Saludos.