Ahora estoy entregada a la difícil tarea de aprender alemán. Soy una afortunada, tengo la oportunidad valiosa de aprender otro idoma por inmersión. Me voy a Alemania a vivir, y ya prometo cambiar un poco este blog contando un poco cómo me irá en mi nueva ciudad; Karls ruhe, a la cual no le he tomado ninguna foto porque no la conozco. Pero voy a vivir allí.
En mi afán de enterarme de qué va el mundo cuando llegue, me pongo a ver la tele en alemán, pero me quedo más china todavía. Me parece un idioma intrincado, como con mucho pasto, y yo, que después de tanto darle al inglés ya lo iba comprendiendo y hasta me resultaba sabroso ponerme a escuchar a los norteamericanos hablar, me desiluciona volver ser bebé otra vez.
Me asustan los relatos de gente que vive allí años sin enterarse de nada. Yo sé que soy muy currante y estudiaré en la ducha, en la cocina, mientras doy pecho al bebé, cuando camino. Pero no sé hasta dónde se puede llegar.
De la cultura alemana, por supuesto, no me entero. Solo sé que se pueden sentar en tu misma mesa en un restaurante si hay asientos vacíos. Y no pasa nada. Eso sí, siempre tan educados te preguntan antes si pueden acompañarte. También sé que son cuadriculados, muy puntuales y todo es muy ordenado y nada se improvisa. Yo, como latina , desconozco qué camino tomaré para adaptarme.
Ya he emigrado y a España. jajaja
Soy escéptica con todo, inclusive, con mi propio país donde de alguna forma era otra inmigrante. Si volviera allí lo volvería ser de una forma más poderosa. Tal vez sea una inadaptada social, pero me gusta vivir en los bordes, en las ramas de los árboles, sin bajarme, como el barón rampante.
A ver cómo se suceden mis aventuras.
Comentarios
Te encantará, y el idioma no es tan complicado como parece.
Ánimo y besos