A veces me pregunto por qué he sido tan floja y no me he puesto a leer esos libros cuyos argumentos me llegan de repente, y me dejan deslumbrada, haciéndome comprometerme (en un arrebato mentiroso y casi canalla) a leerlos.
Mientras hacía un pollo con tomate al horno y escuchaba la radio una mujer hablaba del nuevo libro de Philiph Roth a quien alguna vez he reseñado en este blog. Me dieron tantas ganas de leerlo, de correr a la librería a buscarlo,de pagar los posibles 15 euros de su valor en tapa blanda, de llevármelo a mi casa. Conseguida la anterior proeza, sin ningún reparo, sentarme en mi butaca accidentada de la terraza y gozar, solo gozar.
Ahora, leo algo sobre un libro que me he prometido leer tantas veces, ¡Oh cruel mentirosa!, José María Arguedas, el zorro de arriba y el zorro de abajo.
Pienso que los libros no los leemos en realidad porque los queramos leer sino porque la vida nos pone; por ejemplo, vemos el título en un anaquel y de repente nos gusta, estamos en la librería, tenemos el dinero, lo compramos, y llegamos a casa con ánimos de sentarnos en nuestras butacas accidentadas. Si en esa misma circunstancia, no tenemos el anaquel,ni los 10 euros que vale el libro, lo dejamos para después, y así, hasta que el libro de pierde en el universo de objetos perdidos de la sobreinformación...*** hasta el infinito.
Me gustaba cuando tenía una bibliotca con muchos libros (que no era mía) y los veía a todos ordenados como soldados de batalla, invitándome, para que yo ¡Dulce lectora emperatriz! pudiera elegir a mi disposición y capricho. Ahora, puesto que me he cambiado de país, mi biblioteca se ha reducido a lo que con paciencia y pulso he conseguido reunir en 3 años.
Me he prometido buscar el libro del Zorro de arriba y zorro de abajo. Leer otro más de Phillip Roth, ver por fin de qué va la famosa Caperucita en Manhattan, conseguir por fin leer algo del teatro de Lope de Vega.
Y los días pasan, y yo sigo deseando alejarme del ordenador, tener el dinero suficiente, el tiempo, lanzarme. A veces es solo eso, lanzarme, sé que todo luego es más fácil y conseguiré ser un poco más fiel a mis promesas.
Arrivederchi!
Mientras hacía un pollo con tomate al horno y escuchaba la radio una mujer hablaba del nuevo libro de Philiph Roth a quien alguna vez he reseñado en este blog. Me dieron tantas ganas de leerlo, de correr a la librería a buscarlo,de pagar los posibles 15 euros de su valor en tapa blanda, de llevármelo a mi casa. Conseguida la anterior proeza, sin ningún reparo, sentarme en mi butaca accidentada de la terraza y gozar, solo gozar.
Ahora, leo algo sobre un libro que me he prometido leer tantas veces, ¡Oh cruel mentirosa!, José María Arguedas, el zorro de arriba y el zorro de abajo.
Pienso que los libros no los leemos en realidad porque los queramos leer sino porque la vida nos pone; por ejemplo, vemos el título en un anaquel y de repente nos gusta, estamos en la librería, tenemos el dinero, lo compramos, y llegamos a casa con ánimos de sentarnos en nuestras butacas accidentadas. Si en esa misma circunstancia, no tenemos el anaquel,ni los 10 euros que vale el libro, lo dejamos para después, y así, hasta que el libro de pierde en el universo de objetos perdidos de la sobreinformación...*** hasta el infinito.
Me gustaba cuando tenía una bibliotca con muchos libros (que no era mía) y los veía a todos ordenados como soldados de batalla, invitándome, para que yo ¡Dulce lectora emperatriz! pudiera elegir a mi disposición y capricho. Ahora, puesto que me he cambiado de país, mi biblioteca se ha reducido a lo que con paciencia y pulso he conseguido reunir en 3 años.
Me he prometido buscar el libro del Zorro de arriba y zorro de abajo. Leer otro más de Phillip Roth, ver por fin de qué va la famosa Caperucita en Manhattan, conseguir por fin leer algo del teatro de Lope de Vega.
Y los días pasan, y yo sigo deseando alejarme del ordenador, tener el dinero suficiente, el tiempo, lanzarme. A veces es solo eso, lanzarme, sé que todo luego es más fácil y conseguiré ser un poco más fiel a mis promesas.
Arrivederchi!
Comentarios
besos y gracias por estar
Me gusta mucho tu sitio, me quedo por aquí conociéndote, con tu permiso.
Un abrazo.
Me gustó mucho.
Saludos.
Me alegra que te guste mi blog y más que lo encuentres original. Eso es lo que intento :)
Miles de abrazos
Veró