Hola, quiero saludarles ya que tengo un tiempo perdida del ambiente internáutico.
Solo decir que ya que voy a tener un bebé se me antoja un poco contar cuánto miedo tengo del parto. Al principio era positiva y pensaba muchas cosas, pero me he puesto a ver videos donde la cabeza asoma envuelta en una inmensa masa de sustancias gelatinosas y no he podido lograr otra cosa que sentir una catástrofe existencial de magnitudes importantísimas.
Ahora que todo el mundo está tan preocupado por el bienestar mundial, como en japón, yo, que sigo preocupada, me pregunto qué ocurrirá de aquí en adelante con mi próximo alumbramiento. Supongo es normal imaginarte a ti misma, sufriendo dosis extenuantes de dolor, mientras un montón de gente observa tus partes púdicas, sin pudor alguno. Todo esto en el mejor de los casos culminaría con la salida de un bebé al que tienes que recibir con alegría mientras, recubierto de esa sustancia gelatinosa tan asquerosa como poco estética, el bebé empieza a llorar y yo solo imagino que ese es solo el comienzo de largas e interminables noches en vela, en donde tendré que finalmente perder mi sueño, mi individualidad, mi independencia para darle todo al pequeño y rechoncho ser que ha nacido.
No soy cruel.
No soy una mala madre.
Estoy muy emocionada.
Pero es que no puedo evitar pensar en los sacrificios y peligros que me esperan.
Sé que me vienen años maravillosos. Me encantan los niños y su inocencia.
Además creo que lo mejor es vivir una segunda niñez, volver a ir a las sesiones de cuentacuentos, a la parte infantil de las bibliotecas (sin vergüenza alguna de sentarme en las sillas diminutas), mientras leo y miro embobada los libros de Teo, las nuevas ilustraciones que me fascinan. Volver a ir al circo, ir a obras de teatro infantiles, frecuentar de nuevo los parques, inventar juegos tontos, canciones, corretear, la verdad es que me la pasaré genial y me encantará, ya quiero que tenga tres años para empezar a hacer todo eso.
Pero.
Ya nacerá y veré, algo así como ya amanecerá y veremos.
Es bonito ser madre. A mi me gusta.
Pero...¿Será normal pensar en estas cosas monstruosas, en estos sacrificios interminables para los cuales me siento un poco cansada YA:...?
Ya llegará el día decisivo, qué nervios!!!
Solo decir que ya que voy a tener un bebé se me antoja un poco contar cuánto miedo tengo del parto. Al principio era positiva y pensaba muchas cosas, pero me he puesto a ver videos donde la cabeza asoma envuelta en una inmensa masa de sustancias gelatinosas y no he podido lograr otra cosa que sentir una catástrofe existencial de magnitudes importantísimas.
Ahora que todo el mundo está tan preocupado por el bienestar mundial, como en japón, yo, que sigo preocupada, me pregunto qué ocurrirá de aquí en adelante con mi próximo alumbramiento. Supongo es normal imaginarte a ti misma, sufriendo dosis extenuantes de dolor, mientras un montón de gente observa tus partes púdicas, sin pudor alguno. Todo esto en el mejor de los casos culminaría con la salida de un bebé al que tienes que recibir con alegría mientras, recubierto de esa sustancia gelatinosa tan asquerosa como poco estética, el bebé empieza a llorar y yo solo imagino que ese es solo el comienzo de largas e interminables noches en vela, en donde tendré que finalmente perder mi sueño, mi individualidad, mi independencia para darle todo al pequeño y rechoncho ser que ha nacido.
No soy cruel.
No soy una mala madre.
Estoy muy emocionada.
Pero es que no puedo evitar pensar en los sacrificios y peligros que me esperan.
Sé que me vienen años maravillosos. Me encantan los niños y su inocencia.
Además creo que lo mejor es vivir una segunda niñez, volver a ir a las sesiones de cuentacuentos, a la parte infantil de las bibliotecas (sin vergüenza alguna de sentarme en las sillas diminutas), mientras leo y miro embobada los libros de Teo, las nuevas ilustraciones que me fascinan. Volver a ir al circo, ir a obras de teatro infantiles, frecuentar de nuevo los parques, inventar juegos tontos, canciones, corretear, la verdad es que me la pasaré genial y me encantará, ya quiero que tenga tres años para empezar a hacer todo eso.
Pero.
Ya nacerá y veré, algo así como ya amanecerá y veremos.
Es bonito ser madre. A mi me gusta.
Pero...¿Será normal pensar en estas cosas monstruosas, en estos sacrificios interminables para los cuales me siento un poco cansada YA:...?
Ya llegará el día decisivo, qué nervios!!!
Comentarios
Nada se compara con el amor hacia un hijo.
Yo tengo tres. Te doy mi palabra :)
Disfruta mucho desde ahora y muchas felicidades!!
Un abrazo!
El miedo, es normal.
La ansiedad, es normal.
Todo lo bueno llega haciendo un poco de escándalo decía mi abuela.
Vas a ser una gran mamá y una mamá muy feliz.
Muchos saludos y los mejores deseos para esa etapa de tantos suspiros y labios mordidos. La sonrisa luego aparecerá tan amplia como la bóveda celeste. Ya verás.
Felipe
Es cierto que se tienen muchas dudas sobre este acontecimiento. Todas las que tenemos hijos las hemos pasado ¡para qué te voy a mentir!. Pero desde el momento en que veas a esa personilla delante de tí, todas esas dudas se van a disipar. Queda sólo esperar a que llegue la adolescencia, que será cuando vuelvas a replantearte si realmente hiciste lo correcto al tener ese bebé, cosa que también pasará. Después llega a ser un igual, con el que hablas de todo, compartes muchas cosas de tu vida y con quien lloras y ríes.
Pero todo esto son etapas que hay que ir pasando a lo largo de toda una vida.
Yo tengo tres hijos, dos chicas de 26 y 21 años y un niño de 11. Te digo todo esto porque puedo hablarte desde mi experiencia como madre.
Espero que todo te vaya bien y que encuentres la felicidad completa con ese niño/a que estás esperando.
Un abrazo muy fuerte.
el mundo y sus miserias seguirán estando allí, pero tu te sentirás más y mejor acompañada.
suerte y felicidad!