He decidido escribir algo sobre alguien que nunca conocí. No quiero ser una intrusa, realmente no creo que alguien me castigue por escribir esto, estoy siendo simplemente una persona que quiere exteriorizar de alguna manera el gran impacto que le produjo la lectura de una historia contada por su protagonista. No leí sus palabras en las páginas de un libro, sencillamente encontré su pista accidentalmente.
Buscaba a Cortázar, me encanta Cortázar y he de admitir mi vicio y mi veneración hacia este autor argentino nacido en Brusselas. Rayuela, para qué negarlo, es uno de mis libros favoritos y sus maravillosos relatos han acompañado mi existencia desde que era adolescente y quedé fascinada con la lectura de La autopista del sur.
Ayer entonces era el día de Cortázar y mi búsqueda por Internet, leí una entrevista suya ---muy amena, por cierto--- y pasé a saltar de página en página, hasta que encontré su biografía; salté, salté de página en página nuevamente y me fui a un relato de la revista Espéculo donde se hablaba de los últimos momentos del autor, ahí supe de la calidad de su convalecencia y los terribles últimos días que acompañaron su enfermedad. Seguí saltando hasta que por “destinos” de la Web, me encontré con una introducción que me llamó la atención “Yo y la aplasia medular”, entonces entré y hallé un título sugerente, bastante apegado a la ley de Murphy, pesimista, mi estilo: “La vida es una constante patada en las bolas”. Pasé al post que se había abierto con la página, leí: aquello era la narración de una persona que empezaba a enterarse de que estaba gravemente enferma.
A través de una serie de descripciones bastante ilustrativas, Nicolás, al que yo denominaré arbitrariamente héroe, describe sus inicios por el arduo y tortuoso camino de un enfermo de aplasia medular. Sus biopsias, sus quimioterapias y sus dudas existenciales acerca de lo duro que es enfrentarse a una enfermedad como esa cuando cuentas con escasamente 21 años. En contracorriente con todo esto héroe, siempre tiene una broma y una frase graciosa para describir algo que con sus respetos debe ser realmente acojonante.
Creo que ha sido duro leer a Nicolás y también vivir con él(a través de la lectura) toda esta serie de terribles acontecimientos pero vistos siempre con temple, con buen humor e incluso sorna frente a una situación tan angustiante y desafortunada.
Nicolás en su blog, por supuesto, no siempre estuvo enfermo; en los años anteriores se descubre el semblante de anhelos, sueños, frustraciones, tristezas y alegrías de un chico que registró en esta página personal con bastante esmero casi todos los acontecimientos vividos en los últimos dos años.
Nunca en la vida podré hablar con Nicolás, supe por un amigo suyo que falleció el 13 de octubre de este año, su último post, paradójicamente, fechado el 30 de julio, es una carta dedicada a la muerte, y en ella, Nicolás enumera todas las razones que tenía para vivir, la garra que le pondría a la enfermedad y la negación a verse vencido por ella. Lamentablemente Nicolás perdió una batalla contra la vida, pero héroe, realmente no creo que haya muerto; ha dejado su blog, para todos nosotros, para mí, para usted, para cualquiera que quiera leerlo.
Hubiéramos querido todos que Nicolás se recuperara, hubiera querido siquiera felicitarlo y darle una palmada en la espalda por la inmensa fuerza y valentía que tuvo; por haber tenido los cojones de enseñar a través de sus palabras el aliento que debe tenerse siempre, el sociego y la calma, la entereza y el buen humor; aún estando en las peores circunstancias.
Un saludo y mis respetos a Nicolás, donde quiera que esté.
Buscaba a Cortázar, me encanta Cortázar y he de admitir mi vicio y mi veneración hacia este autor argentino nacido en Brusselas. Rayuela, para qué negarlo, es uno de mis libros favoritos y sus maravillosos relatos han acompañado mi existencia desde que era adolescente y quedé fascinada con la lectura de La autopista del sur.
Ayer entonces era el día de Cortázar y mi búsqueda por Internet, leí una entrevista suya ---muy amena, por cierto--- y pasé a saltar de página en página, hasta que encontré su biografía; salté, salté de página en página nuevamente y me fui a un relato de la revista Espéculo donde se hablaba de los últimos momentos del autor, ahí supe de la calidad de su convalecencia y los terribles últimos días que acompañaron su enfermedad. Seguí saltando hasta que por “destinos” de la Web, me encontré con una introducción que me llamó la atención “Yo y la aplasia medular”, entonces entré y hallé un título sugerente, bastante apegado a la ley de Murphy, pesimista, mi estilo: “La vida es una constante patada en las bolas”. Pasé al post que se había abierto con la página, leí: aquello era la narración de una persona que empezaba a enterarse de que estaba gravemente enferma.
A través de una serie de descripciones bastante ilustrativas, Nicolás, al que yo denominaré arbitrariamente héroe, describe sus inicios por el arduo y tortuoso camino de un enfermo de aplasia medular. Sus biopsias, sus quimioterapias y sus dudas existenciales acerca de lo duro que es enfrentarse a una enfermedad como esa cuando cuentas con escasamente 21 años. En contracorriente con todo esto héroe, siempre tiene una broma y una frase graciosa para describir algo que con sus respetos debe ser realmente acojonante.
Creo que ha sido duro leer a Nicolás y también vivir con él(a través de la lectura) toda esta serie de terribles acontecimientos pero vistos siempre con temple, con buen humor e incluso sorna frente a una situación tan angustiante y desafortunada.
Nicolás en su blog, por supuesto, no siempre estuvo enfermo; en los años anteriores se descubre el semblante de anhelos, sueños, frustraciones, tristezas y alegrías de un chico que registró en esta página personal con bastante esmero casi todos los acontecimientos vividos en los últimos dos años.
Nunca en la vida podré hablar con Nicolás, supe por un amigo suyo que falleció el 13 de octubre de este año, su último post, paradójicamente, fechado el 30 de julio, es una carta dedicada a la muerte, y en ella, Nicolás enumera todas las razones que tenía para vivir, la garra que le pondría a la enfermedad y la negación a verse vencido por ella. Lamentablemente Nicolás perdió una batalla contra la vida, pero héroe, realmente no creo que haya muerto; ha dejado su blog, para todos nosotros, para mí, para usted, para cualquiera que quiera leerlo.
Hubiéramos querido todos que Nicolás se recuperara, hubiera querido siquiera felicitarlo y darle una palmada en la espalda por la inmensa fuerza y valentía que tuvo; por haber tenido los cojones de enseñar a través de sus palabras el aliento que debe tenerse siempre, el sociego y la calma, la entereza y el buen humor; aún estando en las peores circunstancias.
Un saludo y mis respetos a Nicolás, donde quiera que esté.
Comentarios
cortázar ... qué cara de niño! un cronopio tibio!
♥
Gracias por leerme y por entrar en mi blog, gracias por compartir también esta historia que me dejó impactada, y que quise escribir para drenar la impotencia que tocó mi corazón.
Saludos, suertes...
Es un placer. Nos leemos.
Compartimos el gusto por Cortázar.
Gracias por visitar las musas, sos muy bienvenida.
un abrazo
Musa Rella
Saludos cordiales.
la verdad es que me impact� mucho este post. qu� iron�a del destino!
♥
aunque suene raro, mi gato más querido se llamó nicolás.
también era un ser muy especial.
Tengo una extraña fascinación por este tipo de historias.
Y por cierto Cortázar también.
Hermoso post!
Cariños!
Nicolás seguramente ya leyó tu texto.
Y en cuanto a Cortázar tuve la oportunidad de conocerle y pedirle un autógrafo cuando visitó la ciudad de Xalapa.
Lindo compartir.
Abrazos.
Graciela
Los grandes escritores como Nico se vienen a vivir a Saint Tèrriéns, así que quedate tranquilo, que la anda pasando de parrandas