Tal vez todos debimos escribir muchas cosas que no escribimos, debimos decir y debimos sobre todo “hacer”. Es innegable que actualmente vivir en Venezuela se ha vuelto un desafío a la calma, la serenidad y el sosiego. Siento como buena venezolana la falta de libertad moral, física, psicológica y ética. No es justo, no : estar todo el día pendiente de las puertas, postigos, cerrojos, el estado de las rejas, las personas que tienes al lado, delante, la actitud conveniente ante alguien amenazante, el alejamiento de cualquier lugar peligroso, la incómoda sensación de estar ante un peligro real y latente ¿La cantidad de gente que muere en las calles? No la entiendo, de ninguna manera la puedo entender, y tampoco, por decir algo, puedo procesar la cotidiana situación del “ajuste de cuentas”, “murió a manos del hampa”, “víctima de la inseguridad” estas etiquetas vergonzosas que buscan alejar de la manera más olímpica a estos hechos usuales de la categoría de inseguridad. No entiendo la i...
Desde el 2006 abrí este blog. Lo he dejado y he vuelto, es como un familiar querido, existía antes de mis hijos. Escribiré reseñas de libros aquí porque con el tiempo me he dado cuenta del poder sanatorio y pacificador de los libros en mi vida. Si puedo ayudar a otros a recomendar lecturas, podré decir que algo ha valido la pena del esfuerzo de escribir y colgar cosas.