Ir al contenido principal

Los Elementales. Michael Mcdowell

 ¿Sabías que el autor de este libro fue el guionista de la icónica película "Beetlejuice" de Tim Burton en 1988?

Le gustaban tanto las cosas creepy que coleccionaba recuerdos mortuorios. Llegó a poseer tapas de ataúdes de niños, fotos de personas muertas, alfileres para muertos . En total llegó a reunir 76 cajas con cosas relacionadas con la muerte, esta fantástica colección se preservó después de su muerte y la posee actualmente la Chicago's Northwestern University. 

Al lío voy. Este libro es bastante impactante. No es una historia de terror normal, aquí suceden cosas raras y no parecen tan estrafalarias al mismo tiempo. La familia Savage se reúne con la familia Mc cry porque se ha muerto la matriarca, pobrecita, hay que honrar a la señora que ha sufrido mucho. El caso es que la matriarca muerta era bastante mala persona.  La familia Mc cry tenía un pasado de leyendas y misterios que se abren en el funeral de Mariam, allí se destapa la punta de una cantidad de cosas raras que vienen sucediéndose de hace años . A decir verdad, todos los descendientes de la familia deben comprobar si el muerto está realmente muerto clavándole un alfiler al cadáver en el corazón, y esto es bastante enigmático y no sabes por qué, pero algo raro debe de tener el muerto para que sus dolientes tengan que hacer semejante maroma en el mismo funeral. 

Este ritual se repetía tras generaciones y tenía un motivo, al parecer, la familia Savage tenía en su historial una leyenda grotesca, donde el muerto no se sabía si de verdad estaba muerto. Por ahí empezamos.

La trama se desarrolla en una deslumbrante y calurosa Alabama, una playa que rodea a las propiedades de las familia. En este paradisíaco lugar se erigen tres casas victorianas, dos habitadas y una tercera abandonada que ha sido invadida por la arena. 

La familia, que se ha reunido en su totalidad tras el funeral, decide permanecer unida y pasar el verano en Beldane. 

El personaje principal, India, es una niña de 13 años que toma alcohol y café y tiene unos razonamientos de intelectual sabelotodo bastantes adelantados, pero su vida no ha sido fácil, ha vivido con su padre y fue abandonada por su madre cuando era pequeña, no conoce otra cosa que New York y el viaje al pueblo perdido no le parece una diversión maravillosa. 

Odessa es la sirvienta negra de la familia. Menciono su color de piel porque el personaje lo recalca en la novela como un signo de identidad y una fuente de sabiduría. 

Lo que sucede en la vida de India tiene mucho que ver con paso del no creer al creer, la ruptura de su mundo citadino y terrenal. India vive un viaje de regreso, en donde su lógica se transforma en creencia de las cosas sobrenaturales. Los hechos la convencen y la hacen acercarse a Odessa, quien en un primer momento le era antipática. Lo hace por interés, es la única que asume el mundo sobrenatural como real, y cuando lo sobrenatural transforma todo, es Odessa la especialista y la que tiene la llave a las respuestas que pueden encontrarse sobre la casa tres, la casa abandonada. 

Como no quiero hacer Spoiler, solo voy a decir que esta lectura es hermosa por su lenguaje, su estructura y por la intensa habilidad de Mcdowell para crear la atmósfera asfixiante, opresiva, tenebrosa que toda novela del género debe tener. Todo lo que tiene que ver con el ambiente está altamente logrado, aún así el desenlace, que promete no dejar que te despegues de las páginas, es por momentos tenebroso. 

Recomiendo altamente los Elementales. Mi género favorito, que es el terror, agradece que haya semejantes novelas tan disfrutables como esta. 

 

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Normal

Me he estado preguntando últimamente qué es realmente ser normal. La campana de Gauss no pudo explicarme. Si yo soy normal (esto es un ejemplo) no puedo ser pureza normal porque ser pureza normal es estar metida en la barriga de la campana en todas las variables posibles que pueden definirme, entonces dudo que yo sea normal (esto es parte del mismo ejemplo). La normalidad, según mi humilde criterio, va de la mano del aburrimiento y el aburrimiento es lo más gris, uniforme y castigador que hay. Prefiero entonces no ser normal absolutamente; sin embargo, si tuviera que esperar a alguien que me haga compañía preferiría que lo fuera. La normalidad es predictiva, y en el fondo, aunque nos cueste aceptarlo, a nosotros, sí, también a mí (y aquí soy normal) no nos gusta sobresaltarnos con cosas anormales. Las cosas anormales causan incertidumbre y la incertidumbre continuada es una desdicha (al menos para la gente normal en este tema). Lo anormal tiene algo de divertido, desastroso y siniest...

La Mancha De Púrpura de Ramon Lopez Velarde

Poema La Mancha De Púrpura de Ramon Lopez Velarde Me impongo la costosa penitencia de no mirarte en días y días, porque mis ojos cuando por fin te miren, se aneguen en tu esencia como si naufragasen en un golfo de púrpura, de melodía y de vehemencia. Pasa el lunes, y el martes, y el miércoles… Yo sufro tu eclipse, ¡oh creatura solar!, mas en mi duelo el afán de mirarte se dilata como una profecía; se descorre cual velo paulatino; se acendra como miel; se aquilata como la entraña de las piedras finas; y se aguza como el llavín de la celda de amor de un monasterio en ruinas. Tú no sabes la dicha refinada que hay en huirte, que hay en el furtivo gozo de adorarte furtivamente, de cortejarte más allá de la sombra, de bajarse el embozo una vez por semana, y exponer las pupilas, en un minuto fraudulento, a la mancha de púrpura de tu deslumbramiento. En el bosque de amor, soy cazador furtivo; te acecho entre dormidos y tupidos follajes, como se acecha un ave fúlgida; y de estos viajes por la e...

Porque me voy

Estimados merodeadores Blogueros: Por motivos de mi viaje y futura estancia estudiantil en la capital española, dejaré de escribir por un período de tiempo incierto. En realidad tal vez (aclaro) todo esto sea pura bulla y yo no pueda separarme de mi blog y sobre todo de todos ustedes que me visitan. He escrito un texto un poco largo, está abajo en forma de entradas sucesivas, pueden comentar cuando gusten ( me gustaría que lo hicieran) y yo, que seguro no dejaré de escribir porque no puedo estaré pendiente. Esta despedida es de mentiritas y forsoza porque tengo que viajar, buscar una casa y hacer un montón de cosas. Mudarse a otro país es un chollo, una cosa del corazón y de papeles y trámites, algo muy estratégico y un poco acojonante, como dicen los españoles. Allí están entonces mis sucesivas entradas, y se les quiere mucho.