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Vejez

Por qué te quejas de dejar a tus hijos solos, abandonados, si algo te pasase.

La vida es tan cruel que mermando ya en tus energías, en el término de tus edades, tu piel llena de surcos, tus ganas abandonadas, tus pañales, tu visión contenida en esa pequeña cuadratura, la de tus casi nulas posibilidades, no hay besos.

Qué dirían si pudiesen verte trepidando en tu respiración cansada, en tu silla de ruedas, mientras una inmigrante pobre te alimenta y cuenta los minutos para que termine su turno.


Podrías subirte a un árbol y volverte una hoja que cae descuidadamente en el sombrero de tu descendencia. Una ráfaga de aire haría invisible entonces tu delicada caída.

Afortunadamente, no están tus padres para verte.
Qué ilusos fueron pensando que siempre todo sería así como cuando eras niño.

Lo Cruel
en
realidad
es
lo más hermoso









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