Siempre he tratado de elaborar una teoría personal e incierta; vana, por quedarme en algo y justificarme; de cómo y por qué pasan las cosas. He pensado en las probabilidades, y he hecho, uso mis desmemoriados y desbandados recuerdos de la estadística para pensar que cada simple y estúpido hecho, por la vía pequeña, es el resultado de la multiplicación infinita de numerosas probabilidades que se unen como una red masiva e internáutica y arrojan como resultado la absoluta realidad de las cosas. Y entonces estoy, no sé por qué en este momento tecleando unas ideas locas para que sean publicadas en un blog, y esta realidad, simple, fortuita es producto de una multiplicación encadenada de circunstancias que se remontan a aquella vez, esa ocasión en la cual mi padre y mi madre coincidieron, y se miraron a los ojos, y se hicieron novios y por casualidad nací, y así, así y así hasta llegar hasta este momento. Pero, algo está claro, las circunstancias están allí siguiendo las reglas de la casa d
Desde el 2006 abrí este blog. Lo he dejado y he vuelto, es como un familiar querido, existía antes de mis hijos. Escribiré reseñas de libros aquí porque con el tiempo me he dado cuenta del poder sanatorio y pacificador de los libros en mi vida. Si puedo ayudar a otros a recomendar lecturas, podré decir que algo ha valido la pena del esfuerzo de escribir y colgar cosas.