Diario de cien años de soledad. Hace algún tiempo comencé a leer por tercera vez la novela. la primera vez la terminé y puedo recordar con precisión cómo afectó mis días cuando tenía 17 años y me sumergí una noche estival en las páginas y los años de Macondo. Recuerdo haberla terminado a las 5 de la mañana. Apagué entonces la luz y me acosté dormir sin que importara mucho el mundo, sin que nada externo hubiese cambiado. Había cambiado yo y mucho. Pasé los días siguientes alejada a todo, pensando en la estirpe de los Buendía, en Macondo, en Mauricio de Babilonia y los manuscritos de Melquíades. La segunda vez la tomé y me pareció anodina. Creo que por aquel entonces estudiaba literatura en la universidad. No pude pasar de la página 20. Las tardes de calor me pedían libros donde yo me transportaba a espacios más bien románticos, yo estaba en la época descabellada en la que se busca el amor. La tercera vez la comencé a leer por un proyecto de trabajo con un al...
Desde el 2006 abrí este blog. Lo he dejado y he vuelto, es como un familiar querido, existía antes de mis hijos. Escribiré reseñas de libros aquí porque con el tiempo me he dado cuenta del poder sanatorio y pacificador de los libros en mi vida. Si puedo ayudar a otros a recomendar lecturas, podré decir que algo ha valido la pena del esfuerzo de escribir y colgar cosas.