Tiempo tenía sin escribir. La gracia es que no me he olvidado del blog, lo pienso pero no puedo sentarme últimamente a escribir como se debe. Hace dos semanas he empezado un curso de alemán intensivo. Conseguimos la opción de que me cuiden al bebé en una guardería muy cutre pero funcional justo al lado del curso. Cualquier lloro del bebé llaman a la madre a la clase y estás con el bebé si este se porta como no debe. Creo que soy la única madre occidental en esa guardería, el resto son musulmanas. Aún no puedo comunicarme con nadie porque no hablo el alemán suficiente como para tener una conversación más larga de 5 minutos. Al menos en lenguaje tarzán me logro comunicar pero es realmente difícil establecer la conversación que te gustaría. La mayoría de las musulmanas hablan mucho mejor que yo alemán; deduzco que, o se las han tenido que tragar mucho y así, a los golpes, han aprendido, o que tienen más tiempo que yo aquí. Hay gente que tiene mucho tiempo en Alemania y no habla alemá...
Desde el 2006 abrí este blog. Lo he dejado y he vuelto, es como un familiar querido, existía antes de mis hijos. Escribiré reseñas de libros aquí porque con el tiempo me he dado cuenta del poder sanatorio y pacificador de los libros en mi vida. Si puedo ayudar a otros a recomendar lecturas, podré decir que algo ha valido la pena del esfuerzo de escribir y colgar cosas.