De pronto me vi hace algunos meses con libro muy viejo de fonética. No es que me interesasen mucho las categorías en las cuales se clasifican los sonidos, no, la cosa es que necesitaba desesperadamente a través de ese capítulo componer a mi distraída memoria. Hace cinco años, lo recuerdo como si fuera hoy, que contrariedad, estudié fonética; me gustaba, he de aceptarlo, podía hacer transcripciones, clasificar cualquier sonido, hablar de diferencias, ahora, sin tener una certeza de porqué ocurrió ese borrón absoluto, me he visto ante el capítulo sin saber porqué son un montón de símbolos ininteligibles para mi. Creo que entener fonética en parte es como meterse en el solfeo, saber como se manejan estas notas que en realidad son letras y representan sonidos, conseguir identificar porqué nos diferenciamos de los demás al pronunciarlas, porque el sonido puede ser capaz de ser representado de una forma u otra, porqué las palabras son música, y son únicas. En este caso vuelvo otra vez sobre ...
Desde el 2006 abrí este blog. Lo he dejado y he vuelto, es como un familiar querido, existía antes de mis hijos. Escribiré reseñas de libros aquí porque con el tiempo me he dado cuenta del poder sanatorio y pacificador de los libros en mi vida. Si puedo ayudar a otros a recomendar lecturas, podré decir que algo ha valido la pena del esfuerzo de escribir y colgar cosas.